Si alguna vez nos hemos preguntado cómo es capaz de activarse un sistema de alarma, o cómo puede pararse una cadena de producción sin un accionamiento manual, es porque desconocemos cómo funciona un sensor magnético. Estos pequeños dispositivos tienen una multitud de aplicaciones y son capaces de enviar diferentes señales que activen los automatismos necesarios capaces de poner en funcionamiento o de parar sistemas complejos industriales.
Y todo ello utilizando la última tecnología, lo que los convierte en una de las soluciones más fiables que podemos encontrar para ejecutar una multitud de acciones de las que, sin darnos cuenta, entran a formar parte y tienen una gran influencia en nuestra forma de vida. Son el clásico ejemplo de cómo un objeto tan pequeño puede realizar una acción tan grande, ¿los conocemos?
Qué es un sensor magnético
Los sensores magnéticos son elementos capaces de detectar campos magnéticos provocados por corrientes eléctricas o por electroimanes. Se utilizan para realizar mediciones en tiempo real y sin contacto. En función del dispositivo, pueden estar integrados por los siguientes tipos de transductores:
- Magneto resistivo: Son aquellos consistentes en un arreglo de resistencias en las que cuando un campo magnético se acerca a ellas, su valor óhmico fluctúa.
- Reed Switch: Compuesto por un interruptor que contiene un platino pequeño, el cual abre o cierra al ser acercado a un campo magnético
- Circuito LC: Formado por un circuito capacitor-inductor en los que su resonancia se ve afectada cuando un campo magnético se va acercando al sensor.
Los sensores magnéticos son un tipo de instrumentación industrial que forma parte de multitud de automatismos y que tiene infinidad de funcionalidades. Se fabrican y diseñan utilizando una tecnología punta, la cual garantiza su empleo con gran eficiencia en aplicaciones específicas en entornos de condiciones difíciles propias, como son los entornos industriales.
Aplicaciones y cómo funciona un sensor magnético
Una vez que sepamos cómo funciona un sensor magnético, seguro que se nos pueden ocurrir multitud de funcionalidades donde pueden integrarse estos tipos de automatismos. Pero hasta entonces, las aplicaciones comerciales más habituales son las siguientes:
- Instrumentos de medición.
- Aplicaciones de detección de niveles.
- Determinaciones de posición.
- Sistemas de alarma y detección de movimientos.
- Sistemas de control.
- Seguridad en control de accesos.
- Compuertas.
- Aperturas y cerrados de sistemas de ensamblaje.
Dentro de las numerosas aplicaciones que tienen, vamos a describir una muy habitual para que se pueda entender la funcionalidad de estos dispositivos, y es aquella utilizada en el sector de las alarmas para detectar una intrusión al abrir una puerta o una ventana.
El sensor cuenta con dos elementos, los cuales trabajan en conjunto para activarse al detectar una disfunción en el campo magnético. De esta forma, si se estacionan uno en el marco fijo y el otro en el abatible de una ventana, al abrirse se origina una alteración en su lectura que dispara el accionamiento de un interruptor interior transmitiendo una señal de alarma.
En general, si queremos saber cómo funciona un sensor magnético, tenemos que saber que debe estar integrado en su interior con un transductor capaz de enviar una señal a un amplificador cuando detecta una alteración en el campo magnético situado entre los dos polos del dispositivo. Dicha señal, es enviada a un comparador calibrado conectado con un circuito de disparo, que cuando se activa, emite otra indicación que capta un dispositivo de control, el cual activa el mecanismo para el que está diseñado el sensor.
Todos los elementos de los que se componen los sensores magnéticos se encuentran protegidos dentro de carcasas sólidas capaces de resistir condiciones agresivas como pueden ser de temperatura, polvo o humedad, características muy específicas de cualquier entorno industrial.
Características de estos dispositivos
Los sensores magnéticos son muy adaptables a multitud de dispositivos y aplicaciones, ya que cubren multitud de necesidades por tener las siguientes características:
- Tienen un sistema de comunicación bidireccional.
- Pueden funcionar con tecnología inalámbrica, hasta el punto de funcionar muy bien hasta rangos de los 300 m.
- Su estructura está recubierta por materiales muy sólidos, capaces de soportar entornos muy agresivos.
- Gracias a su capacidad de transmisión de señales, pueden trabajar conjuntamente con multitud de dispositivos.
- Tienen una alta capacidad de funcionamiento, aunque se le esté acabando su batería.
- En función de los modelos, pueden tener altas opciones de conectividad.
- No desprenden ningún tipo de chispas ni material inflamable, por lo que pueden ser usados en ambientes y dispositivos donde haya riesgo de explosión.
Distintos tipos de sensores magnéticos
Ahora que ya sabemos cómo funciona un sensor magnético, veamos los distintos tipos que podemos encontrar en el mercado. Estos son los más empleados:
- Sensores de émbolo magnético: Se caracterizan por realizar una conmutación electrónica ante la presencia de un campo magnético exterior. Pueden ser sensibles a un polo o a los dos.
- Sensores magneto resistivos efecto Hall: Son indicados para monitorizar velocidades y posiciones de elementos ferrosos como cremalleras, engranajes y husillos, entre otros.
- Sensores magneto resistivos efecto Pick-Up: Generan pulsos analógicos al detectar presencias de materiales ferrosos, muy usados en el monitoreo de engranajes para detectar su velocidad en las ruedas.
- Interruptor reed: También llamados «de lengüeta». Empleados como sensores de final de carrera, consisten en dos láminas metálicas formadas por materiales ferromagnéticos introducidos en una cápsula de vidrio. Se activan al detectar un campo magnético.
Una vez conocido cómo funciona un sensor magnético es comprensible entender que son capaces de resolver una gran cantidad de aplicaciones en las que otro tipo de dispositivos no puede demostrar una funcionalidad adecuada. Son una parte importante de muchos automatismos en procesos industriales y en distintas aplicaciones que pasan desde el sector de la seguridad hasta elementos de control de numerosos procesos logísticos.