A finales del siglo XVII, la industria sufrió su primera revolución con la invención de la máquina de vapor, donde los procesos industriales empezaron a crecer de forma vertiginosa, aumentando los rendimientos en la fabricación de múltiples y novedosos productos. Más de dos siglos más tarde, en nuestros días, la evolución ha hecho que los procesos productivos sean mucho más rentables, y no solo por tener máquinas más modernas, tecnológicamente hablando, sino porque, además, son capaces de comunicarse entre ellas y por estar dotadas de inteligencia artificial. Si queremos entender qué es la industria 4.0, debemos saber que este es su origen. Pero hay mucho más.
Qué es la industria 4.0 o Cuarta Revolución Industrial
Si queremos definir qué es la industria 4.0, podemos hacerlo como una nueva revolución tecnológica que combina tecnologías inteligentes con técnicas avanzadas de producción al objeto de fabricar, mejorar y distribuir sus productos. Está basada en el intercambio de datos y en la automatización de las tecnologías de fabricación, todo ello con tres elementos principales: los sistemas cibernéticos físicos, el Internet de las cosas y la computación en la nube.
Aunque el diseño de sistemas de automatización no es algo nuevo (ya en los años 70 del siglo XX se realizaba gracias a las tecnologías de la información y al desarrollo de las tecnologías), la industria 4.0 aúna una transformación digital acelerada por tecnologías como la robótica, la sensórica, la impresión 3D o el big data, entre otras.
Todo esto implica que la Cuarta Revolución Industrial, o industria 4.0, complementa a la Tercera Revolución basada en la automatización y en nuevas tecnologías de producción, con otras basadas en la información, en el procesamiento, almacenamiento y en la transmisión masiva de datos.
Así, son 4 los elementos principales que definen esta nueva revolución industrial:
- Los sistemas ciberfísicos.
- El big data.
- El Internet de las cosas.
- El Internet de los Servicios o cloud computing.
Todos ellos interactúan entre sí. De esta forma, los sistemas ciberfísicos se encargan de recoger la información gracias a los sensores. Y el Internet de las cosas es el encargado de que se comuniquen todos los sistemas ciberfísicos entre sí y entre los humanos responsables, todo ello dentro de la propia organización, e incluso, entre otras, incluyendo a clientes, proveedores o usuarios. De esta manera, se crea una compleja red de comunicación totalmente interconectada entre todos los agentes de un sistema productivo.
Características de la industria 4.0
Si queremos comprender mejor qué es la industria 4.0 y su potencial, debemos fijarnos en cuáles son sus características. Estas son las principales:
- Virtualización: a través de sensores, se genera una imagen virtual del mundo real de la planta y se conecta con modelos de simulación, diversos softwares, big data y aplicaciones de análisis predictivos, al objeto de mejorar la ayuda de toma de decisiones.
- Conexión vertical de la red: los sistemas ciberfísicos se conectan entre ellos y, al mismo tiempo, con los trabajadores, desarrolladores, directivos, clientes, proveedores y, en algunos casos, con los productos una vez vendidos. Todo ello es posible gracias al Internet de las cosas y al cloud computing.
- Descentralización: son los diferentes sistemas ciberfísicos, junto a los modelos predictivos y distintas aplicaciones, los que toman las decisiones.
- Orientación al cliente: otra de las características de la industria 4.0 es el feedback que se establece entre el usuario, el diseñador y el producto.
- Reacción en tiempo real: tanto las capturas de informaciones como las decisiones tomadas y el procesado se realizan en tiempo real.
- Analítica avanzada: para mantener altos niveles de productividad y eficiencia, se realizan análisis avanzados de toma de decisiones sobre las distintas fases de planificación. Esto evita que puedan surgir cuellos de botella y consigue una gran agilidad en la cadena de producción.
- Modularidad: las fábricas inteligentes se adaptan a los cambios de manera rápida y eficiente para seguir las tendencias del mercado, al contrario de lo que ocurre con las convencionales, donde los estudios de mercado y los cambios necesarios en su producción hacen que puedan tener retrasos de varios días en adaptar los nuevos procesos de fabricación.
Ventajas de la Cuarta Revolución Industrial
La industria 4.0, al estar basada en la transformación digital, tiene el objetivo de crear fábricas inteligentes adaptadas a las últimas tecnologías. Esto conlleva las siguientes ventajas:
- Mejoras en la toma de decisiones: todos los agentes de un proceso productivo (fabricantes, proveedores y clientes) están comunicados de forma eficiente. De esta manera, se posibilitan reacciones rápidas en los posibles cambios en los productos a fabricar.
- Costes de mantenimiento reducidos: la conectividad de las máquinas y los algoritmos de inteligencia predictivos dan como resultado menor inactividad en la maquinaria y, como consecuencia de ello, menores costes de mantenimiento.
- Reducción en los costes operacionales: los sensores y el Internet de las cosas hacen que todas las máquinas estén conectadas entre sí y permiten procesos más eficientes, reducciones de inventario y mejores planificaciones de los procesos de producción.
- Mayor satisfacción en los clientes: el uso de los datos que proceden del big data permiten adaptar los procesos a las necesidades de los clientes. Todo ello revierte en una mayor satisfacción en los consumidores debido a la alta calidad y en los rápidos resultados que se consiguen.
Una vez entendido qué es la industria 4.0 podemos darnos cuenta del tremendo potencial que tiene aunar sistemas de automatización con tecnologías digitales capaces de analizar, optimizar y, si es preciso, reconducir los procesos productivos para aumentar la eficiencia y el rendimiento económico de un proceso industrial. Contacta con ACP Automatismos para saber cómo implementar la Cuarta Revolución Industrial en tu organización.